La felicidad no es un destino, ¡es un camino!


Imagínate por un momento que existe "alguien" que es el responsable de hacerte feliz.
Su intención es: darte todo lo que necesitas, concederte todo lo bueno que deseas, resolver todos tus problemas, conseguirte buenos amigos, buscarte pareja y en general "hacerte muy feliz".

¡Buenas noticias, esa persona existe!.

Esa persona... ¡ES JESUCRISTO!, pero Él actúa a través de lo que hay dentro de ti... de lo que hay en tu corazón, y lo más importante... solamente si tú lo dejas, porque ¡Él jamás obliga!.

Entonces, tú eres la unica persona responsable de hacerte feliz. La felicidad es algo que sale de ti y no depende de factores externos ni de otras personas. Piensa en lo siguiente: No te quejes de nada, si lo que te molesta tiene solución ¡arréglalo!, si no, ¡olvídalo!.

Tú eres capaz de cambiar cualquier situación. Ten pensamientos positivos. Busca buena compañía y alejate de los pesimistas. No le des vuelta a los pensamientos tristes, busca lo alegre y lo sano.

Enfrenta tus problemas como retos a vencer. Sé entusiasta y optimista en todo lo que hagas. Llena tu mente de buenas noticias. Disfruta lo que tienes y se agradecido(a). Siéntete vivo(a), observa lo hermoso que hay a tu alrededor y disfrútalo, esta ahí para ti. Dale a las cosas su justa importancia y no te preocupes por tonterías. No critiques. ¡Perdona!, el rencor es una pérdida de tiempo y terrible para tu salud. Sé comprensivo con la gente. Sobretodo no pierdas las verdaderas amistades ya que son un tesoro.

La felicidad no es un destino, ¡es un camino!.

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