Tu rostro, Virgen y Madre


Tu semblante, Virgen María,
aún siendo pobre refleja riqueza
Tu rostro, Virgen y Madre,
es libro abierto de gozo y de dolor
Tu semblante, Virgen María,
es compendio de esperanza y de optimismo
Tu rostro, Virgen y Madre,
es dulce por estar tocado por la mano de Dios
Tu Semblante, Virgen María,
ahonda en las raíces profundas de tu corazón
Tu rostro, Santa María,
es surtidor que salta desde lo más hondo de tus entrañas
Tu semblante, Madre nuestra,
es llamada a reservar un espacio para Dios
Tu rostro, Virgen y Madre,
es pantalla de lo que vive tu corazón
Tu semblante, Madre del pueblo,
es fidelidad de tu relación con el Padre
Tu rostro, Santa María,
nos lleva a mirarnos menos a nosotros
y más al Creador.
Sí; Santa María.
No dejes de mirarnos, ni mucho menos de guiarnos,
con la delicadeza y profundidad de tu santo rostro.
Amén.
J.Leoz

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