Comienza el día


Haz como los pájaros: comienza el día cantando. 
La música es alimento para el espíritu.
Canta cualquier cosa, canta desafinando, pero canta.
Cantar dilata los pulmones y abre el alma para todo lo bueno que la vida le ofrece.
Si insistes en no cantar, por lo menos escucha mucha música y déjate llevar por ella.
Ríete de la vida, ríete de los problemas, ríete de ti mismo. 
La gente comienza a ser feliz cuando es capaz de reírse de sí misma. 
Ríete de las cosas buenas que te suceden. 
Ríete abiertamente para que todos se puedan contagiar de tu alegría.
El buen humor, así como el mal humor, se contagian. 
¿Cuál de ellos vas a escoger?
Si estás de buen humor, las personas a tu alrededor 
también lo estarán y eso te dará más fuerza.
Lee cosas positivas.
Lee buenos libros, lee poesía, porque la poesía es el arte de aceitar el alma. 
Lee romances, historias de amor, o cualquier cosa 
que reavive tus sentimientos más íntimos, y más puros.
No dejes escapar las oportunidades que la vida te ofrece, no vuelven. 
No eres tú que está pasando, son las oportunidades que dejaste ir.
Ninguna barrera es infranqueable si estás dispuesto a luchar contra ella. 
Si tus propósitos son positivos, nada podrá detenerlos. 
No dejes que tus problemas se acumulen, resuélvelos lo antes posible.
Habla, conversa, explica, discute y perdona: el silencio mata. 
Exterioriza todo, deja que las personas sepan que las quieres, 
que las amas, que las necesitas. 
¡Amar no es vergüenza, por el contrario, es lindo!
No seas aburrido... ¡Tú puedes! ¡Todos podemos!
Entonces ... ¡¡¡Vamos!!!
¡VIVE MEJOR!

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